Un filósofo romántico en el mundo de la música
Un filósofo romántico
en el mundo de la música
Si hay algo que defina a Antón es su enamoramiento por la
vida y por el saber. Si bien en los títulos de sus obras podemos ver la
influencia del mundo griego y de la filosofía es en cómo vivió su vida y como
disfruto con los descubrimientos.
Si la filosofía es la ciencia del saber, el gusto por buscar
el porqué de las cosas y la síntesis de todo. La música de Larrauri nos lleva a
la síntesis para luego descubrirnos el todo de las cosas. Este arte de mostrar el
inicio en el fin y viceversa es un rasgo característico de este compositor. No
dejo de buscar la síntesis.
Cualquier persona que le conociese te puede hablar de su don
de conversación de lo enriquecedor. Como los grandes filósofos griegos
apreciaba una buena conversación y la entendía como una gran oportunidad de
crecimiento para las personas que participaban de la misma, a pesar de su
conocimiento y su prestigio jamás se mostro superior a los demás. Era un
miembro más de la conversación entre iguales. Nunca podías salir igual después
de una charla con él.
Si bien por su gusto
por la filosofía y el mundo griego podríamos pensar que en mundo del arte se sintiese
inclinado hacia el Renacimiento o el clasicismo no es así. Se le define como
romántico. Pero un romántico en un sentido de amor por la tierra y defensa de
la emoción. Si bien huye de los excesos propios del primer romanticismo, no
debemos pensar en el cómo en un Brahms moderno sino más bien en un Smetana que
también defiende la belleza y riqueza de su tierra en su música pero sin huir
de la música de su época. Antón Larrauri será un visionario que se atreverá a
hacer aquello que siente que debe hacer sin importarle lo que piensen los
demás, vive el arte como un camino de transformación y transcendencia. Nadie fue capaz en su vida
de hacer lo que él hacía, pero hoy 15 años después de su muerte tampoco nadie
es capaz de hacerlo. Tenía un genio especial,
sabía lo que quería y lo más importante conocía el camino para lograrlo.
Yo no lo conocí en vida pero cuanto más conozco de él siento
un profundo pesar por no poder mantener una charla con él. Creo que sería una
experiencia única e impagable. Si bien no lo conocí, cada vez que leo algo suyo o escucho su
música le siento cercano. Parece que me esta hablando y sonriendo, disfrutando
de que pueda aprender y disfrutar de su trabajo. Todo artista desea que su arte
le sobreviva y produzca emociones. Desde luego Antón puede estar orgulloso
porque él lo consiguió y lo sigue consiguiendo cada día. Fue capaz de dejar su
esencia en cada una de las cosas que hacía y precisamente por eso le considero
un genio. Pocas personas pueden influir en los demás de la forma que él lo
hacía y hace.
Minerva
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