Carta de una joven musicologa y maestra a Antón Larrauri
Carta de una joven
musicologa y maestra a Antón Larrauri
Estimado Anton:
Nunca podre estar
suficientemente agradecida para todo lo que estas aportando a mi
vida. El hecho de poder estudiar tu vida y obra esta transformando la
mía.
A través de todos los
documentos que he podido encontrar he descubierto un personaje
apasionante y lo que es aún más importe una persona excepcional.
Todo aquel que te conoció habla bien de tí. Tuviste grandes amigos
y que aún hoy varios años después de tu adiós te recuerdan con
cariño, guardan tu recuerdo y te mantienen vivo en sus corazones.
Analizando tu vida he
descubierto lo que se puede conseguir con el amor a una profesión,
me he dado cuenta que los sueños no se deben dejar de lado y que la
música esta viva y nos transforma a todos. Qué buenos ratos he
pasando viendo una y otra vez tus entrevistas, intentando sacar todos
los datos posibles, analizando todo y finalmente simplemente
disfrutando de tus sabias palabras.
Aunque este trabajo esta
siendo agridulce porque si bien esta siendo un proceso apasionante y
del que no me canso nunca, contra más avanzo en el mayor es mi
sentimiento de pena y perdida. Pena por el poco valor que se ha dado
a tu obra, por el olvido en el que te encuentras fuera de tus amigos,
aunque se que para ti esas eran las personas importantes, pero aún
así no es justo que no estés más valorado. Perdida porque con tu
partida se nos fue un ser único e irrepetible, una persona de esas
que nunca se olvidan si lo has conocido. A la vez siento un enorme
pesar por no haberte podido conocer. Me gustaría poder hablar
contigo de tantas cosas, preguntarte de tantos temas de la música y
la vida. Me encanta leer tus partituras y ver tus grabaciones porque
es como si te hicieses presente aunque sea por un breve espacio de
tiempo.
Se que las personas que te
han conocido jamás te podrán olvidar, pero quiero decirte que yo
tampoco. Nunca seré la misma después de este trabajo y solo puedo
darte las gracias allí donde estés. Espero que todo esto haga que
estés feliz y nos mires con una sonrisa y esa mirada tan especial
que te caracterizaba. Muchas gracias por existir. Siempre seguirás
vivo en mi corazón.
Minerva
Comentarios
Publicar un comentario